Un animal de bellota, una acémila reprimida, un indigente moral y un cobarde compulsivo agredió, estos días de atrás, a una niña de 16 años en un vagón de metro de Barcelona. La brutalidad de este macarra castrado se pudo ver en vídeo gracias a las cámaras que existen en cada vagón del metro. Por eso no voy a relatar lo sucedido pues ya es del dominio público.
Pero sí quiero dejar una cosa muy clara: Quienes pretendan equiparar a este anormal sin valores a quienes por unas razones u otras estamos en contra del fenómeno de la inmigración incontrolada, comete un acto de rastrera injusticia y de falsificación de la verdad absolutamente deplorables y detestables. Casi tanto como el autor de semejante atropello sobre la niña.
Fíjense bien que no he mencionado ni una sola vez la nacionalidad de la niña. Porque no importa. Porque es irrelevante. Y porque una cosa es posicionarse en contra DEL FENÓMENO de la inmigración sin control de ninguna clase, que convierte en esclavos a quienes consiguen entrar, y los relega a la marginalidad, a la delincuencia y a morirse de hambre; y otra, acometer a un semejante, peor si se trata de una mujer, un niño o un desvalido.
NO EXISTE MOTIVO ALGUNO QUE PUEDA JUSTIFICAR TAMAÑA ABERRACIÓN. Los inmigrantes no tiene la culpa de nada. Ellos, como nosotros, son las víctimas de este sistema y de las mafias que juegan con sus ahorros, sus esperanzas y sus vidas para forrarse a cuenta del dolor ajeno.
De Ricardo Ynestrillas en La Batalla de las ideas
sexta-feira, outubro 26, 2007
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2 comentários:
Excelente excerto, diz tudo.
Y además resulta que el cerdo, publicitado por todos los media como de ultra-derechas, es en realidad militante de La Esquerra Republicana catalana!!!!!!
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