La voz que urdió al gentil de las Españas
tambores de hermandad, santiaga tropa.
Y se escanció, ya sangre, en cada copa.
Asaltando los dientes vuelta entrañas:
aquella que alanceó ínsulas extrañas
- eres tú. ¡oh, Patria!, en taparrabos u hopa,
marca africana y no arrabal de Europa -,
duerme hoy bajo un poniente de guadañas.
José Antonio: va a reír la primavera
y sólo tú nos faltas en la risa;
pero tu voz nos llega como antaño.
Convertida en colérica bandera.
Restalla sus mensages todo el año
y el vuelo de tus flecha nos avisa.
Felix Ros
quarta-feira, fevereiro 01, 2006
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