SOLEDAD absoluta y oro fino
del aire de noviembre en la alborada.
y el don de la verdad en la mirada
con el vasto milagro del camino.
Ya velas en el cielo cristalino
de España, y en la noche desvelada,
ardiente de jazmín, recién nevada
sobre la claridad de tu destino.
No ver, pero tamblar. No ver la muerte
y sentir en la noche su eficacia
y el olor de la tierra de Castilla.
Hablar sin palabra, ver sin verte,
y buscarte en la niebla de la gracia
hacia la luz remota de la orilla.
Leopoldo Panero
terça-feira, fevereiro 07, 2006
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